Museo del Agua de Lleida

Vista del interior de la central de Seròs

Industrialización y fuentes de energía son un binomio inseparable ya que la revolución industrial de  Catalunya se caracterizó por un aumento espectacular del consumo de energia  para mover  las fábricas y  paralelamente también ,  de demanda energética en aumento imparable.

En época preindustrial  se explotaban, básicamente, tres fuentes de energia: la  de sangre, es decir la producida por personas y animales, la hidromecánica y la calorífica de los bosques. De manera testimonial, también se utilizaban  otros recursos como la energia eólica y la combustión de aceites vegetales. En un marco d’industrialització potente, estas fuentes de energía resultaban insuficientes.  

Estas limitaciones energéticas se saldaron con la llegada de la máquina de vapor y el uso intensivo del carbón, convirtiéndose en símbolos del progreso industrial.
Otra gran innovación de este período fue la electricidad cuya producción industrial comenzó el año 1870. En sus inicios su transporte no llegaba a grandes distancias, así que se fabricaba mediante máquinas de vapor o de gas. No será hasta principios del siglo XX que nuevos avances técnicos permitieron avanzar y la electricidad de origen hidráulico se extendió exponencialmente a todo el territorio.

Fue también a finales del siglo XIX que comenzó la explotación del petróleo, substituyendo a los aceites vegetales para la iluminación. Cuando se consiguió transformar su combustión en energía cinética, adquirió un papel fundamental crándose una dependéncia energética a escala mundial.

El río Segre a su paso por Lleida. La construcción de centrales hará desaparecer los usos tradicionales, como los raiers.

Ni el vapor, ni el carbón solucionaron la gran demanda energética. El 90% del carbón había de ser importado, era por lo tanto, caro, y es en este contexto de búsqueda de formas alternativas más baratas que  lleva hacia la expansión de las centrales hidroeléctricas y termoeléctricas que utilizan el agua como recurso. Recurso de coste nulo, aúnque exigía una importante inversión de explotación. Si bien en sus comienzos  sólo posibilitaba dotar de energía a las poblaciones cercanas, progresivamente y a tenor del descubrimiento de la alta tensión, (tecnología que aparece a principios del siglo XX), significó el  aprovechamiento masivo de la energía hidroeléctrica.

Años después de la guerra del 36, la energía eléctrica  era ya la única fuente lumínica, calorífica i motriz de oferta ilimitada. Actualmente el 50%  de la energía que se consume procede de las centrales hidroeléctricas.